El color blanco siempre me ha parecido un no color. Se nos dice que es la unión de todos los colores.
Hay dos colores principales: el rojo, que representa la sangre, y el azul, que representa el cielo. Los otros colores importantes son el amarillo, que representa el intelecto o la conciencia, y el verde, que representa la naturaleza. El ser humano está lleno de dioses, quiero decir, de tendencias, de teorías, de ideas. Cada idea tiene un color. Las ideas azules tienen que ver con la nobleza, con lo elevado, con lo sublime. Las ideaas rojas tienen que ver con la carne, con la pasión, con la amistad.
¿Qué representa el blanco? Ya sea la suma de todos los colores, ya sea su ausencia, el blanco representa el silencio. En el blanco no hay ideas ni tendencias. Están todas o pueden estar todas, pero no es la suma de todas, ni un término medio. El blanco no es el centro. El blanco es lo que está por detrás, lo que rodea. El espacio, el vacío. El silencio.
Imaginemos una Universidad donde lo que se enseña es, precisamente, el silencio. Todos cabrían en esta universidad. Todos excepto los fanáticos, los dogmáticos, los que ya conocen el resultado, los que ya saben la respuesta.
La modernidad, la izquierda, el pensamiento "progresista", han caído en una curiosa contradicción de la que no parece darse cuenta. Han aceptado lo que una vez fue "moderno" como una modernidad eterna y atemporal. Es, parafraseando a Hemingway, una "modernidad móvil", que se va moviendo con ellos a través de los años.
Lo que fue moderno en el siglo XVIII, en 1850, en 1930, no puede seguir siendo moderno siempre. Hemos de seguir avanzando e investigando. Hemos de incluir lo que sabemos y avanzar. Avanzar quiere decir descubrir que lo que en un momento considerábamos contradictorio (por ejemplo, el culteranismo y el conceptismo, el impresionismo y el simbolismo, el modernismo "elevado" y el posmodernismo "bajo", el pensamiento progresista y lo espiritual) es, en realidad, parte de una totalidad más grande.
Hay una realidad más grande: la tierra. Y sólo un semejante: el ser humano. Y sólo hay una tarea: la evolución del ser humano.