jueves, 3 de abril de 2014

Los problemas de la novela española, un artículo magnífico

"Aun así, nuestro primer sospechoso es nada menos que don Francisco de Quevedo y Villegas, por el que no siento más que agradecimiento por habernos dado algunos de los versos y poemas más hermosos que han concebido el oído y la imaginación literaria española. Sin embargo, creo que también puede responsabilizársele de haber inoculado un virus, a la postre casi mortal, en la prosa narrativa (en la concepción de la prosa, en general): el ingenio como objetivo estilístico primordial, la destreza verbal como justificación de un párrafo, o de un personaje o, ¡ay!, de una obra."

Es este un artículo extenso que revisa los problemas de la novela española para incorporarse al ritmo de la narrativa europea, un problema que dura hasta nuestros días, y que tiene una serie de "sospechosos" que, para el inteligentísimo autor de este artículo, son: Quevedo, Galdós y Valle-Inclán.

Leedlo completo en la Revista de Libros. Merece la pena. Aquí está el link

http://www.revistadelibros.com/discusion/prosa-porosa


martes, 1 de abril de 2014

¿Por qué la Universidad Blanca?

El color blanco siempre me ha parecido un no color. Se nos dice que es la unión de todos los colores.

Hay dos colores principales: el rojo, que representa la sangre, y el azul, que representa el cielo. Los otros colores importantes son el amarillo, que representa el intelecto o la conciencia, y el verde, que representa la naturaleza. El ser humano está lleno de dioses, quiero decir, de tendencias, de teorías, de ideas. Cada idea tiene un color. Las ideas azules tienen que ver con la nobleza, con lo elevado, con lo sublime. Las ideaas rojas tienen que ver con la carne, con la pasión, con la amistad.

¿Qué representa el blanco? Ya sea la suma de todos los colores, ya sea su ausencia, el blanco representa el silencio. En el blanco no hay ideas ni tendencias. Están todas o pueden estar todas, pero no es la suma de todas, ni un término medio. El blanco no es el centro. El blanco es lo que está por detrás, lo que rodea. El espacio, el vacío. El silencio.

Imaginemos una Universidad donde lo que se enseña es, precisamente, el silencio. Todos cabrían en esta universidad. Todos excepto los fanáticos, los dogmáticos, los que ya conocen el resultado, los que ya saben la respuesta.

La modernidad, la izquierda, el pensamiento "progresista", han caído en una curiosa contradicción de la que no parece darse cuenta. Han aceptado lo que una vez fue "moderno" como una modernidad eterna y atemporal. Es, parafraseando a Hemingway, una "modernidad móvil", que se va moviendo con ellos a través de los años.

Lo que fue moderno en el siglo XVIII, en 1850, en 1930, no puede seguir siendo moderno siempre. Hemos de seguir avanzando e investigando. Hemos de incluir lo que sabemos y avanzar. Avanzar quiere decir descubrir que lo que en un momento considerábamos contradictorio (por ejemplo, el culteranismo y el conceptismo, el impresionismo y el simbolismo, el modernismo "elevado" y el posmodernismo "bajo", el pensamiento progresista y lo espiritual) es, en realidad, parte de una totalidad más grande.

Hay una realidad más grande: la tierra. Y sólo un semejante: el ser humano. Y sólo hay una tarea: la evolución del ser humano.